UN DÍA

23.12.2014 12:10

 Un día cuando los almendros se llenan de flores y los lirios del campo se visten de belleza, iba caminando por el sendero que sube del Jordán y las aguas dibujaban Paz, y el cielo era PAZ. Era ya casi el atardecer y los pajarillos empezaban a acurrucarse entre las hojas de las palmeras y por entre los olivos aún se filtraban los rayos del sol. Al subir una loma vi como un grupo de caminantes estaban sentados debajo de una higuera vieja y escuchaban a uno que llamaban “El Nazareno”. Me acerque y dije: “Paz para vosotros mis hermanos”. Bella es la tarde y más bello aun será el anochecer cuando el sol se ponga detrás de las montañas y lo inunde todo con su aura. Y el Nazareno me miró fijamente y me dijo: Que la Paz llene tu espíritu hermano. Toma asiento junto a nosotros y yo haré que tú seas un sol que iluminas los montes y las laderas de muchos hermanos nuestros, que aún duermen al espíritu. 

   
   Aquella voz me cautivo y aquel rostro me parecía tan distinto entre los otros... O quizás fuera la magnitud que ponía al salir las palabras por su boca. O tal vez su magnetismo. No podría explicar la fuerza que me hizo sentir y la que me hizo escuchar todo cuanto dijo aquel atardecer, eterno para mí. 

   Mirad, que pronta está la siega y los campos están maduros. Mirad que pronto vendrá la hoz que corte por igual a las flores que a los espinos. No soñéis con el mañana, antes bien vivid el ahora, porque el tiempo sólo existe en vuestras mentes, y no seáis como aquellos que se preocupan de los días de la próxima estación, y se olvidan de aquella que pasa y vivencian en este momento. Ni seáis como aquellos que viven de la Primavera pasada y se recuerdan en ella para olvidar el frió de este Invierno que viven. ¿No veis que con este proceder aumentáis vuestras penurias y olvidáis vuestro camino? Hijos sois todos de la LUZ, y hermanos de los Ángeles. Más no os dejéis llevar por los hijos de la ilusión, que siembran a cada instante intrigas y viven para zancadillearse hasta a sí mismos. Id con la cabeza alta mirando las estrellas por qué en ellas está vuestro camino. 
   Y mirad como la tierra limpia el sudor de vuestros pies y a la mañana el viento peina vuestros cabellos. Ved como vuestra casa son todas las casas y vuestra senda, todas las sendas. Porque en cada uno de aquellos que veis, estáis y sois. ¿Por qué entonces pelearos en ellos? ¿Por qué entonces luchar contra vosotros mismos? ¿Por qué entonces robaros en ellos? Abrid los ojos y desperezaos porque ha llegado el tiempo y los ríos y los arroyos y las tormentas están llegando al mar. Nunca volváis la cabeza atrás, antes bien tenedla fija en la meta y si tropezáis, no perdáis el tiempo en reanudar lo que ya es pasado, sino tomad el ejemplo para no tropezar más en lo que os resta de futuro.

   Y cuando la Palabra venia a su boca, todo estaba en silencio, como bebiendo lo que decía. Y las montañas, y los valles y los caminos y las fuentes le escuchaban, porque no era él quien hablaba, sino era EL CRISTO quien hablaba en él. Y así seguía diciendo: 
   Tú me preguntas esto o aquello y tú me dices: maestro bueno, pide por mí al Padre. Porque tú eres nuestra boca y eres nosotros mismos y nuestros cuerpos ante EL. Así yo os digo: Mis hermanos, no soy sino una Luz que desea alumbrar el mundo, una pequeña luz en medio de la noche del mundo y vengo a vosotros a deciros; "tomad vuestros corazones y unidlos al mío y juntos, encenderemos una hoguera que despierte a otras hogueras". Soy el más pequeño y no sé si podré llevar sobre mis hombros la carga que Nuestro Padre Dios común ha depositado sobre mí. Venid a ayudarme y El hará que despierten vuestros corazones, y vuestros cuerpos sean Su Altar donde os queméis en sacrificio. Cuando me veáis sufriendo decid: estoy sufriendo en aquel hermano. Iré y me confortare en el. Y venid y ayudarme porque en verdad os digo que a vosotros mismos os ayudáis. Cuando me veáis enfermo decir: estoy enfermo en este mi hermano, iré y le hablare y orare al cielo para que le vengan fuerzas de resignación. E id y hacedlo porque en verdad os digo que en él a vosotros mismos os ayudáis. Cuando me veáis que he tropezado decid: he tropezado en mi hermano y como me veo desde fuera, voy a ir a decirme que no ocurrirá más y a perdonarme en el. De verdad os digo mis hermanos, que si así actuáis, EL PADRE y vosotros y todos somos UNA MISMA COSA. Y vosotros haréis que se cumpla. 
   Mirad a las hermanas hormigas o a las hermanas abejas, ellas no son de la Tierra y fueron traídas aquí por los hermanos de la Llama para sembrar ejemplos. ¿Y que ha dado la fuerza sino termitas y avispas? Mirad al hermano trigo que nos alimenta. Mirad su dorada madurez y su espiritualidad. También fue traído a la Tierra y la Tierra lo cogió, pero nació el maíz y el centeno y la cebada. Vosotros sois la semilla de la LUZ que Nuestro Padre Dios común, sembró en los campos de la vida. Mas la vida dio muchas copias y alumbro con falsas luces y llenó los campos de falsas flores. Más así como llegara el día en que las avispas sean abejas y el centeno trigo, también llegaran los días en que cada hombre sea Dios en Hombre. 
   Esta es vuestra tarea: El llamar a cada oveja a su redil, porque de verdad os digo que el cielo las selecciona y manda a cada una a una morada del Padre donde mejor pueden encender y mirarse a sí misma. Sed humildes como los espinos que nacen en los lugares más pobres y desolados, para no reflejarse en los espejos del agua. Y aún cuando caen las lluvias se visten un poco de verdor para confundirse con el terreno donde nacieron. Porque si veis; "la vanidad de una rosa tan sólo dura el soplo de un día y no ha despertado aún el siguiente y ya el viento la deshoja". O mirad los lirios como se adornan con todos los rayos del Arco Iris de la Primavera, para después con tan sólo una helada, en el amanecer, quemarse en toda su prosperidad. Más muchos hay entre nosotros, que día a día ven estas cosas pero quieren ser ciegos a ellas y prefieren decir: hoy voy a tomar lo que la vida me ofrece y ya mañana cambiare mi rumbo. Y no saben que la vida poco a poco los vuelve más sordos a sí mismos y más ciegos a la LUZ. Y no saben que cada día y cada noche extravían más sus pasos. 
   Bienamados son aquellos que se olvidan de sí mismos porque en ellos, la LUZ empieza a florecer y son soles que alumbran a muchos mundos. Ignorantes son aquellos que se recluyen en sí mismos y sólo son para ellos porque son como Lunas que hasta la luz le viene prestada. Tibios son aquellos que se debaten entre la luz y la oscuridad, entre el bien y el mal, el egoísmo y el altruismo. Porque son como la Tierra y viven como ella, tanto de su LUZ naciente interior, como de la LUZ que le viene del sol. Algún día, esa luz interior romperá su corteza y será un sol y un sistema solar, mas para ello ha de olvidarse de sí misma. No dejéis que os lleven las apariencias porque todo cuanto entra por vuestros ojos, son apariencias de las que se visten las cosas para ser codiciadas. Dejaros llevar mejor por el ojo del espíritu que nunca engaña y si os dirá siempre lo que es real. No os dejéis llevar nunca por la apariencia que entra por vuestras vidas en forma de palabras porque muchas son las lenguas que como espadas hieren y usan para herir. Escuchad vuestra Voz Interior porque ella siempre está en vosotros y os conforta en los sudores de la existencia y os dice cual es el camino más conveniente y no el más agradable. Oídla pues y veréis a Vuestro Padre Común que mora en vosotros. 
   Y cuando vengan con violencia, porque sea una ofensa para ellos vuestra Paz y calma interior, recibidlos con alegría y decidles: mis hermanos perdonadme porque hemos provocado la ira en vosotros, tomad vuestros cuerpos y desahogaros en ellos porque aún no sabéis lo que hacéis ni sabéis lo que hacemos. Llegaran los días en que también vosotros ofrezcáis esos cuerpos y deis la vida por aquello que ahora nuestra ignorancia nos lo quita. Perdonados estáis, mas seréis vosotros mismos los que os impongáis rectificar para acallar vuestras conciencias. Bien valen vuestras vidas un intento para despertaros. Tomadlas pues. 

   Desde aquella tarde yo le seguí y fui en El, y morí en El y viví en El. Desde aquella tarde todo fue distinto y cuando juntos bajábamos hacia el valle, todo me sonreía. Y los pajarillos parecían hablarme y las flores me ofrecían su perfume, y hasta los almendros parecían más blancos. Y yo meditaba para mí adentro: 
   "Sólo la LUZ puede hablar de esta forma y estas cosas. Sólo el corazón puede hablar así a otros corazones". Y mientas me decía esto sentía que todo era PAZ y Quietud y AMOR que salía de mi hacia todo. Aún recuerdo y me viene como vivido cien veces cien, los momentos más pequeños que llenaron aquella primavera. Una tarde íbamos seguidos de mucha gente que se agruparon a nosotros por las aldeas que pasamos, porque era sábado y muchos salían a pasear. Y El subió hasta una pequeña cima donde había un claro y allí se sentó. Nosotros nos sentamos a su alrededor y las gentes también vinieron y se sentaron. Había así como no menos de doscientos y todos ansiosos esperaban su palabra. Jesús guardó silencio y cerrando los ojos parecía como si estuviera distante. Después los abrió y un brillo especial tenía. Se levantó y empezó diciendo:

   Habéis dejado por un instante vuestras casas para venir a oírme. Más sabed que no soy yo Jesús el que os habla, sino es el Espíritu de verdad quien por mí habla: ES EL CRISTO quien habla. Escuchadle así como yo le escucho y seguidle así como yo soy el primero en seguirle. Hoy es día memorable porque habéis dejado algo y venís. Más en verdad os digo, que llegará el día en que todo lo dejéis y vengáis. Y aún vendrá otro día mayor, en que os olvidéis plenamente de vosotros mismos y de vuestra identidad, para ser ya por siempre, la Identidad del Cielo. Entonces seréis el dedo con el que Nuestro Padre Dios Común mueva al mundo y santifique al mundo. Mirad que nada tengo, pero nada falta, porque no hay deseo en mí de cosa alguna. Sabed que es el Deseo el que hace que falte, aunque os sobren cosas. Mirad que es el Egoísmo el que hace que sufráis, aunque estéis rodeados de riqueza y de belleza y de majestad. Porque el que tiene tres monedas, lucha por hacerlas cuatro y el que tiene cuatro lucha, por hacerlas cinco, para llenar las arcas insaciables de su egoísmo.
   ¿Y porque se os dice: luchad contra el egoísmo? Porque al ser egoístas creéis que sois la mente que os guía y os hace luchar con otra mente. Y sabed, que habéis de llegar al Interior que sois por encima de vuestras mentes partidistas y portentosas. SOIS UNA SOLA COSA. Por ello, aquellos que trascienden el egoísmo, se hacen UNO con TODO y comprenden, que no están fuera de aquellos que los rodean. Aquel que mira en la Nada, mora en Mí. Aquel que se olvida de sí mismo es UNO conmigo y YO y ÉL somos UNA MISMA COSA. 
   Mirad que todos los credos que el hombre ha hecho, no van sino dirigidos a este: “Olvídate de ti mismo”. Porque tan solo olvidándose cada uno de sí mismo y dándose cuenta que es TODO; entra en Mí y es “YO MISMO”. Ha de aquellos que ME BUSCAN hacia fuera. Día a día y existencia a existencia, se enredan más y más y se alejan de MÍ. Y creyendo encontrarme no encuentran sino burdas imágenes MÍAS. Y son llevados de acá para allá por Ignorancia. 
   Yo soy la voz que habla en vosotros. Yo soy vuestra LUZ que ya reluce. Yo soy la Nada que siempre ha sido. Es soñar el creer que estáis fuera de Mí y que sois algo distintos a Mí. El día en que yo despierte en vosotros seréis la UNIDAD. Y por ello yo os digo: YO SOY DIOS, más vosotros no me comprendéis porque DIOS DUERME AÚN EN VOSOTROS y tomáis por herejía lo que es UN ESTADO de conciencia al cual todos llegareis. Sabed pues que al tratar de UNIROS a las cosas vosotros mismos os separáis. Y al luchar por UNIROS a ellas, vosotros mismos las distanciáis y creáis la lucha y con ello, no sois sino Ignorantes.

   Y otro día nos dijo:

   Que el Espíritu os envuelva en su LUZ y que seáis UNO en ÉL. Que vuestros días y vuestras noches sean prolongadas en el DAR; porque solo de esta forma, iniciareis el camino del desapego consciente y llegareis al: “Olvídate de ti mismo”, tan necesario para llegar a dicha UNIDAD. Yo estoy en vosotros y con vosotros y aún en todos los más pequeños momentos del día, soy UNO EN VOSOTROS. Y desde vuestros corazones pido fuerzas para vosotros. No dudéis en llamar y se os abrirá. No dudéis en pedir y se os DARA. Más no pidáis nunca para vosotros y vuestro egoísmo, antes sin hacerlo para aquellos que os rodean y aún más, para los más distantes. 
   Y cuando lleguen los días en que terminéis la vida, yo estaré a vuestro lado para ayudaros a andar en la VERDAD. Que no exista temor en vosotros, porque ello solo es producto de vuestra incomprensión. Caminad firmes y seguros a mi lado., porque estoy en vosotros y soy vosotros y todos los seres y todos los mundos. Porque ha venido a mí la conciencia de la UNIDAD, como a vosotros vendrá algún día. Mirad los ciclos como se visten de signos; y cuan pocos los entienden. Mirad las tierras como se embellecen de signos y cuan pocos los captan. No seáis vosotros ciegos a ellos y miradlos con el corazón y ellos os abrirán sus secretos. Ha de aquellos que crean que el conocimiento es algo que buscan y tienen fuera de Sí. Sabed que llegar realmente al conocimiento, es tener conciencia que se es El Conocimiento. Si camináis hacia la UNIDAD esto es lo que os aleja de Ella, para por su falta, llegar a ser conscientes de que siempre habéis sido y seréis esa UNIDAD. Es la mente, entonces el vehículo que os hace nacer ilusoriamente a la existencia de la Nada para comprender que sois TODO. Es como decir que el conocedor y lo conocido son UNA MISMA COSA. Mas el conocedor se conoce en lo conocido y lo conocido es por el conocedor. Acaso no es la misma Luz, la que permite que la LUZ se vea. Y las tinieblas ¿Qué son sino la ceguera del corazón? 
   Y así como en mi ha despertado “La conciencia crítica”, yo a vosotros, os despierto a dicha conciencia para que seáis Cristos Vivos. No os cerréis vosotros mismos el camino que viene a MI, porque no hay mayor muro ya para vivirse, que la ignorancia que crean los dogmas y los sitios que se realizan, sin saber su porque. 
   Venid en MÍ y YO moraré en vosotros y seré en vosotros UNA SOLA COSA, y todos seremos UNA SOLA COSA en NUESTRO PADRE DIOS COMÚN. Vendrán los que duermen y trataran de hacer de Mí un sueño, y lo vestirán de adornos y de leyendas y me harán altares en un sueño y me adoraran en un sueño. Para ellos yo no seré sino un impedimento más en su camino para llegar a la LUZ, porque me adoraran fuera, cuando SOY LA CONCIENCIA en ellos mismos. Me verán como Jesús mismo no como EL CRISTO que habla Verdad a través de todos aquellos que me han despertado. Mirad siempre a través de vuestro corazón y vencer la mirada de vuestros ojos porque os confunden. Mirad si deforman, que hasta varían las dimensiones de sus objetos en sus perspectivas. Y si no podéis captar a una forma en todas sus partes a la vez, ¿cómo podréis captar lo imperecedero que hay en ellas?, sino transcendiendo la aparente levita que de la que se cubre. No os engañéis, ni engañéis y cuando abráis la boca, dejad que el Espíritu de Verdad hable en vosotros, y dejad que sea vuestro corazón su guía. No he venido a crear otro dogma, ni otra religión que desbanque a las ya existentes. He venido a abriros los ojos del Espíritu, porque aquellos que ya los han abierto no necesitan dogmas ni religiones. No he venido a que me adoréis ni hagáis altares y me ofrezcáis sacrificios, ni me tengáis por Dios. Esto que veis de Mí con vuestros ojos no soy YO, sino el sostén en esta apariencia de mi YO. Es una cáscara que en sí es vacía. No levantéis altares a esta cáscara, antes bien levantar altares vivos en vuestros corazones, a vuestro YO real que soy Yo mismo en vosotros. No digáis: voy a AMAR, sino descubrir que SOIS EL AMOR VIVO. No digáis voy a AYUDAR; sino descubrir que sois EL DAR y por tanto aquel que DA lo que DA y a quien le DA. Y siempre fuisteis ESO. Dios Vivo. 
   Y vendréis a Mí y diréis: pero muchos son los que siembran mal en el mundo. Y yo os diré: pedid en ellos porque en ellos aun sois ignorantes. Ayudadlos porque en ellos os ayudáis. ¿Acaso no sois la MISMA COSA? Que veis en el criminal sino aquel lejano pasado cuando vosotros en vuestra ignorancia, aun cometíais crímenes. Y que ve el criminal en vosotros sino el aún lejano futuro cuando él se transcienda. Mirad que aquí veis en tiempo lo que no tiene tiempo y en espacio lo que es indefinido. No vengo a deciros que el camino será de rosas y vuestros pies serán alados. He venido a deciros que en el sudor y el sacrificio diarios haréis un camino mil veces más bello, que aquellos que estén cubiertos de flores y de alas. No he venido a deciros que es fácil el sendero. He venido para que entendáis que cuando toméis esto o aquello, no sea porque lo tomaron vuestros abuelos y los abuelos de vuestros abuelos y vuestros padres, sino porque dentro de vosotros vibréis con ello y sintáis que ese es el camino. No he venido a imponer nada porque sé, que toda imposición acaba en rito ciego. He venido a abriros el corazón de la LUZ para que si queréis lo despertéis en vosotros. Bien sé el daño que han hecho siempre las palabras y no es mi intento, al hablaros, subyugar vuestra voluntad a la mía. He venido a deciros que TODOS SOMOS UNA MISMA COSA, que aquello que únicamente nos puede separar es la Ignorancia. He venido pues a pediros que luchéis contra la Ignorancia. Y luchar contra la Ignorancia no es ir a una escuela o adquirir una gran cultura. Luchar contra ella es abriros a la Razón Pura y llenaros de la fragancia del AMOR. ¿Acaso creéis que es sabio aquel que trabaja para separar a hermanos de hermanos? ¿Acaso creéis que es sabio aquel que llena su bolsillo antes que el bolsillo de los demás? No... Es más ignorante que el humilde pastor que guarda sus ovejas y las cuida y mima como a él mismo. Y no hay mayor ignorancia, que creer que aquella religión que le permite que haga esto y le alaba, sea verdadera. No he venido a criticar a nadie sino a instarles a dejar el sueño y a buscar el horizonte de su YO REAL. Mirar que es muy fácil decir “Yo creo en Dios o en Ala o en Braman y en Jehová”, pero para así  hacerlo hay que tener el corazón limpio y el alma en reposo y trascender muchas cosas. No se puede decir: “Señor… Señor…” y a la vez dar patadas contra ese Señor. Así como perdonéis seréis perdonados, más vivenciareis aquello que os perdona, porque solo recibiendo en la mejilla que disteis, comprenderéis vuestro error. Pedir perdón, mas no esperéis que la ley de la vida os trate mejor que vosotros tratasteis. Que vuestro pedir sea sincero y entonces haréis todo aquello que os pida la ley de la vida para limpiar vuestro error y no tendréis en una mano cogido lo robado y la otra abierta pidiendo perdón. Despréndete primero de todo y tu perdón vendrá con tu acto. 
   Muchos decís: “Yo creo en el Padre siempre eterno que mora en los cielos y que con su pensamiento hizo mi vida y todas las vidas.” Mas yo os digo: no pongáis nombre al UNO porque no tiene nombre. No adoréis al UNO fuera de vosotros, porque os apartáis de Él y creáis Ignorancia. No lo busquéis fuera de vuestro corazón porque es como el árbol que busca sus ramas en otro árbol, o como el sol que busca la luz en sus planetas. Buscaros a vosotros mismos porque es donde lo tenéis más cerca. Miraos a vosotros mismos porque es donde mejor se mira. ¿No es Él, que despierta porque es la conciencia? ¿No es Él, que respira fuera y dentro de vuestro pecho? ¿No es Él, que oye por vuestros oídos y al oír, no es a ÉL al que se oye en todas las cosas que también son ÉL MISMO? ¿Por qué le hacéis imágenes, si estáis en su imagen? ¿Por qué andáis para buscarle si al andar, el anda con vosotros y el camino que andáis es él y lo que andáis también es él? No queráis cegaros al quererlo ver con ojos que solo ven muerte. ¿Cómo van a ver la vida si son muerte? 
   Hermanos, venid de la mano conmigo: trascendamos la muerte y pisemos la vida. Venid en mí y llenemos de pasos los senderos del mundo para que todos vean lo que son y todos salgan del sueño. Venid a mí y yo os haré caminos para pies que aún no hallaron el sendero. Ellos son hermanos dormidos. Apiadaros de ellos, aún no comprenden y por ello, se arropan con la ilusión que una y otra vez les presenta MAYA. Aún son pequeños en el reino. Pero todos sabemos que algún día maduraran y serán árboles que llenen de sombra y sabiduría la Ciudad Dorada.