EL CANTO DE LA MONTAÑA

01.04.2021 12:44

   Un día, entre las manos de la primavera, vi cómo cantaba un ruiseñor y llenaba de armonia mi corazón y el de todo el valle con su canto.

   Y vino hasta él un águila de las alturas para así decir:

   Quiero que vengas conmigo al filo de la montaña donde ésta se besa con el cielo y deleites a la Gran aguila con tu canto.

   Y el ruiseñor le respondió:

   Si me llevas hasta allí, mi canto se quedaría en este valle porque no es sino el valle el que canta por mi gargante. ¡Ves! Este momento tiene un canto y nunca más habrá otro momento que tenga igual canto.

   Dile a la Gran Aguila que baje al valle si quiere escucharlo y no trate de llevar el valle a la montaña. Aún me sorprendo cuando oigo el deseo de la Gran Aguila; ¿acaso se ha quedado sorda para no escuchar el canto de la montaña? ¿Ya no oye cómo el viento toca la flauta en las cañadas y en los desfiladeros y cómo el silencio toca las estrellas en las noches de calma?

   Y el águila se quedó pensativa y después remontó el vuelo avergonzada.